Bendecir al cónyuge antes de acostarse
La liturgia de la boda muestra que los esposos son un regalo el uno para el otro, igual que de uno a través del otro. Este regalo, recibido de las manos de Dios, se renueva cada día a lo largo de la vida conyugal. ¿Y si el secreto de una pareja duradera fuera renovar esa mirada piadosa cada noche antes de acostarse?
En el momento de la boda, los esposos mismos son los que piden a Dios que esté presente en su matrimonio para darles el uno al otro como esposos. Y “cuando un hombre y una mujer celebran el sacramento del matrimonio, Dios, por decirlo así, se ‘refleja’ en ellos”, recuerda el papa Francisco. Como dice el Soberano Pontífice, el matrimonio se realiza en la sencillez y en la fragilidad de la condición humana, con su lote de gracias y de trances. Para vivirlo interiormente a diario, nos basta con decir simplemente a Dios estas pocas palabras de oración antes de acostarnos: “Gracias, Señor, por mi esposa/esposo, a quien amo”.
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