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Practicar la gratitud, la esencia de la química
Las parejas felices saben que pueden decírselo todo. No se trata de contárselo todo a la fuerza sistemáticamente, sino más bien de lograr instaurar un clima de confianza y de acogida del otro. Para vivir una química así, la clave consiste en colocar la gratitud en el centro de la relación amorosa. Los más felices son quienes se dicen “gracias”, quienes reconocen las virtudes del otro, según revela un estudio publicado recientemente en la revista universitaria inglesa Personnal Relationship y realizado con 468 parejas. A pesar de las disputas, no pierden nunca de vista la suerte que tienen de ser una pareja. Quienes asumen el hábito de cultivar la gratitud en un movimiento espontáneo desarrollan una profunda dicha. La alegría de agradecer, de dar y de compartir. En la gratitud, siempre hay una mano tendida hacia el otro; aleja la atención de nuestro propio ego para dirigirla hacia el otro. En la pareja, la gratitud nos reconcilia con la vida invitándonos a apreciar aquello que tenemos, más que a lamentar aquello que nos falta.
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