Jesús y el hombre forzudo
Pero la Reforma protestante, a partir del siglo XVI, abolió el culto de los santos en gran parte de la Europa del Norte. “Era un gran problema”, comenta Bowler siempre en National Geographic. “¿A quién hacer traer los regalos a los niños?”. En muchos casos, responde el experto, la tarea se atribuyó al Niño Jesús, y la fecha se trasladó del 6 de diciembre a Navidad. “Pero el pequeño Jesús no parece capaz de traer muchos regalos, y sobre todo, no puede amenazar a los niños malos. Así que a menudo se recurrió a un ayudante más forzudo, capaz de dar miedo”.
Nacieron así en el mondo germánico algunas figuras a medio camino entre el duende y el demonio. Algunos, come el Krampus, sirven de ayudantes al propio san Nicolás; en otros, el recuerdo del santo sobrevive en el nombre, como Ru-klaus (Nicolás el Bruto), Aschenklas (Nicolás de cenizas) o Pelznickel (Nicolás el Peludo). Eran ellos los que garantizaban que los niños se portaran bien, amenazando con castigos como azotes o raptos. Por muy extraño que parezca, también de estos personajes nace la figura del alegre viejecito del trineo.
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