La violeta: modestia y obediencia.
La violeta encarna la modestia, la humildad y la obediencia, ¡las primeras virtudes monásticas! Es también el símbolo de la Virgen María, que es humilde y modesta. Con sus cinco pétalos, esta flor evoca también la Pasión de Cristo: las cinco llagas de Cristo. Sus tres colores recuerdan a la Trinidad.