SANTA APOLONIA: En el siglo III, el emperador Decio promulgó un edicto para obligar a todos los ciudadanos a ofrecer sacrificios a los dioses para la salvaguardia del Imperio. Los cristianos que se negaban a someterse eran perseguidos por los paganos. Entre las víctimas, Apolonia, que formaba parte de un grupo de vírgenes consagradas, fue atacada. Le hicieron pedazos la mandíbula y le rompieron todos los dientes. Colocada ante una hoguera, le amenazaron con arrojarla si se negaba a insultar a Cristo. Tras negarse, se arrojó ella misma a las llamas.
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