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1. Recuerda que no estáis en el Ejército ni en la Marina.
Es tu familia. Los encargos son obligaciones, pero están motivadas por el amor y eso lo cambia todo. No se trata de cumplir el deber por el deber, sino de educar a tus hijos. Piensa cómo quieres que ellos sean el día de mañana como colegas, padres o esposos.
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