6. Priorizar el amor de la entrega recíproca El hábito de gobernar el impulso sexual es posible solo si hay amor. La unión sexual debería ser la expresión de una entrega exclusiva de lo más íntimo. Cuando uno ama, todas las potencialidades de la afectividad y la sensualidad pueden ser explotadas al máximo.
Decirle al ser amado “te amo y amo todo lo tuyo” es una experiencia profundamente espiritual, emocional y psicológica. Cuando esto se pone primero en una relación y se reafirma en la vida cotidiana, se propicia el desarrollo de una confianza inquebrantable.