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Santa Teresa de Jesús y san Luis Beltrán
Luis Beltrán era un dominico que contaba 34 años y ya tenía fama de conocer las intenciones y respuestas de las personas sin que ellos hubieran formulado la pregunta. Era 1560 y se encontraba en Valencia como maestro de novicios. Recibió entonces carta de Teresa de Jesús donde esta le consulta si debe seguir adelante en su intento de reformar el Carmelo. Dudaba de si ese empeño era voluntad de Dios o una cabezonería. Cuatro o cinco meses después, (san) Luis Beltrán le respondió diciendo que había tardado todo aquel tiempo porque prefería poner la cuestión en manos del Señor en su oración y sus mortificaciones. Y así fue su respuesta: «Ahora digo en nombre del mismo Señor que os animéis para tan grande empresa, que El os ayudará y favorecerá. Y de su parte os certifico que no pasarán cincuenta años que vuestra religión no sea una de las más ilustres en la Iglesia de Dios». Así fue.
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