4 / 6
De una oración de san Juan Crisóstomo
Oh, mi Dios y Señor misericordioso, Jesucristo, lleno de piedad: Por tu gran amor descendiste y te encarnaste para salvar a todo el mundo. ¡Oh Salvador, te pido que me salves por tu gracia!, (…) ¡Tú eres compasivo y lleno de misericordia! Tú has dicho, oh Cristo, “Quien cree en mí vivirá y nunca morirá”, Si, pues, la fe en Ti salva a los perdidos, sálvame Oh, mi Dios y Creador, porque yo creo. Que me sea contada mi fe y no mis indignas obras, oh Dios mío, porque Tú no encontrarás ninguna obra que me acredite como justo. Oh, Señor, a partir de ahora déjame amarte tan intensamente como he amado el pecado, y trabajar para Ti como alguna vez trabajé para el maligno. Te prometo que voy a trabajar para hacer tu voluntad, mi Señor y Dios, Jesucristo, todos los días de mi vida y para siempre. Amén.
+

© Carlos Daniel | Cathopic