Dame contrición y remisión de mis pecados
“Jesús mío, Médico celestial, clavado en la cruz para sanar nuestras heridas con las tuyas, recuerda la extenuación y las magulladuras que sufriste en tus miembros, ninguno de los cuales permanecerá en su lugar, de manera que no hubo dolor similar al tuyo. Desde las plantas de tus pies hasta la coronilla, ninguna parte de tu cuerpo estuvo libre de tormento; y sin embargo, olvidándote de tus sufrimientos, no te cansaste de orar a tu padre por tus enemigos, diciéndole: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Por esta gran misericordia y en memoria de este dolor, haz que el recuerdo de tu amarga pasión obre en mí una perfecta contrición y la remisión de todos mis pecados. ¡Que así sea!”
+© Peshkova | Shutterstock