8 / 11
“Meriam contó que durante su cautiverio había sabi- do que el Papa había orado por ella y que aquella noche eso le dio una fortaleza inesperada, que solo quien tiene una auténtica fe conoce. Le había confirmado que ella estaba en lo justo, que combatía en una lucha que no era solo suya. Y dijo sentirse menos sola”. Extracto del libro: Me llamo Meriam. Pg 107
+

© ServizioFotograficoOR/CPP