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Acude a misa.
Para un católico, la misa es la mejor oración que podemos ofrecer por nuestros difuntos. Si el confinamiento no lo impide, puedes ofrecerla por su alma rezando interiormente y también puedes pedir al sacerdote que celebre la misa por su alma: dirá su nombre en la oración de los fieles y en el memento de difuntos. Así el resto de asistentes puede unirse a tu oración. El valor de una sola misa es infinito. Puede aplicarse para que las almas que están en el purgatorio queden purificadas y vayan al cielo.
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