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EL CIPRÉS. LA FECUNDIDAD Y LA GENEROSIDAD DEL CREADOR. “Plantaré en la estepa cipreses, junto con olmos y pinos, para que ellos vean y reconozcan, para que reflexionen y comprendan de una vez que la mano del Señor ha hecho esto, que el Santo de Israel lo ha creado” (Is 41,19). El Jardín del Edén era un lugar de abundancia donde el hombre podía alimentarse por sí mismo. El pecado transformó la naturaleza, los desiertos áridos conquistaron la tierra, que solo el poder de Dios puede fertilizar.
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