Buscar la verdad juntos
Hay una mentalidad peligrosa en pensar que el otro es perfecto. A través de la vocación del matrimonio se persigue un fin de santidad y eso implica que estamos aprendiendo, que se cometen errores y que pueden existir sentimientos dolorosos. Aceptar la realidad de cada uno trazando expectativas realistas y evaluando cómo vivir con esas cosas antes de evadirlas, puede convertirnos en un verdadero bien y ayudarnos a acercarnos a Dios.
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