La isla del tesoro.
La obra, compuesta por Robert Louis Stevenson (1850-1894) se publicó en 1883. El autor, que no gozaba de buena salud, era muy aficionado a viajar y pasó los últimos años de su vida en la isla de Samoa, en la Polinesia, donde era muy querido por los nativos que le llamaban cariñosamente “Tusitala” (el que cuenta cuentos).
La Isla del Tesoro es un clásico de la literatura de aventuras, incluso podríamos decir que es la historia de piratas por excelencia. Está protagonizada por un niño, Jim Hawkins, que comienza una emocionante aventura el día en que un viejo marinero, Billy Bones, llega a la posada de su familia. Jim descubre que el marinero, que en realidad es un pirata, posee un extraño mapa y se hace con el.
A partir de este momento, emprenderá un arriesgado viaje como grumete en la goleta La Hispaniola, en busca del tesoro del temido capitán Flint. El joven es perseguido por los enemigos de Bones y para salir vivo, tendrá que enfrentarse al carismático pirata John Silver, que también va tras el tesoro.
Esta novela de aventuras nos habla sobre todo de los valores del honor y la honestidad, de tener un comportamiento respetable y de desechar la traición. A pesar de hablarnos de un tesoro, nos enseña que el dinero es algo secundario. Leer esta obra de Stevenson durante la adolescencia nos prepara, igual que le ocurrió a su protagonista, para pasar a la vida adulta.
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