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Beata Mama Antula (1730-1799) Nacida en Santiago del Estero, María Antonia de Paz y Figueroa, colaboró de muy joven con la Compañía de Jesús en la organización de los ejercicios espirituales. Siendo laica, consagró su vida para colaborar con la catequesis y las obras de misericordia. Recorrió el país promoviendo los ejercicios espirituales, aún tras la expulsión de los jesuitas. A Buenos Aires, capital del virreinato, llegó a pie y descalza. No obstante, convenció al Obispo para que lo apoye en su cruzada por los ejercicios. No sólo por su casa pasaron en cuatro años más de 1500 ejercitantes, de todas las clases sociales, sino que el Obispo llegó a disponer que ningún seminarista se ordene en Buenos Aires sin su aprobación. Fundó la Santa Casa de Ejercicios Espirituales, que aún hoy se conserva y en la que se puede palpar su gran obra, y la Sociedad de Hijas del Divino Salvador. Para encomendarse a esta gran mujer, una buena opción puede ser la Santa Casa de Ejercicios, en Constitución, uno de los últimos edificios coloniales de la ciudad, o a pocas cuadras el mausoleo en la Iglesia Nuestra Señora de la Piedad.  
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