4 / 9
MANDARLO TODO A PASEO.

Así, sin más, ahora mismo… A veces quieres dejar tu oficina y renunciar para siempre. En algunos casos, no hay una razón en particular. Solo queremos mandarlo todo a freír espárragos. Todas tenemos un punto sin retorno: una crítica equivocada de nuestro jefe, una gota que colma el vaso en casa o un hartazgo por estar repitiendo todo el día “no hagas esto” y “no digas aquello” a los hijos. ¿Alguna vez has querido salir huyendo de casa a las 9 de la mañana? Es normal, es una escapatoria. Y si puedes sucumbir a este impulso de vez en cuando, no lo dudes. Sal de casa o tómate una pausa larga para almorzar. Más vale un buen paseo, ir de compras o tomar una buena taza de café para liberarte de tus emociones negativas que explotar y tomarla con los que te rodean.

+