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El Niño Jesús y san Francisco
San Francisco pensaba que el Nacimiento de Dios no podía pasar de ninguna manera inadvertido. Por seo pidió permiso al Papa para poder representar y celebrar en la ciudad de Greccio este significativo advenimiento. Llegó la vigilia de Navidad, y los pobladores se aprestaron al lugar para participar en la misa. Cuando, después del Evangelio, Francisco se adelantó a predicar, parecía haber perdido la noción de toda la gente que le rodeaba , sus ojos veían totalmente emocionado a aquel Divino Niño, que tiernamente le saludaba, llamándole “Niño de Belén” De vez en cuando se inclinaba sobre el pesebre y lo acariciaba. Su querido amigo Juan que se encontraba muy cerca del santo, aseguró que vio un niño tendido en el pesebre como si estuviese muerto, el cual despertó al contacto de Francisco. Todos los asistentes no dudaron en afirmar que aquella noche el pueblo del Greccio se había convertido en otro Belén.
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