Curación de un hombre llamado Juan
En la ciudad de Lérida un hombre llamado Juan, muy devoto de san Francisco, confundido por otro hombre fue ferozmente atacado por unos malvivientes que lo dejaron moribundo.
Estando postrado en el lecho solitario de la calamidad y, velando y gimiendo, invocaba frecuentemente el nombre de Francisco, de pronto se le hace presente uno hombre, que, al parecer, había entrado por la ventana. Éste lo llamó por su nombre y le dijo: “Mira, Dios te librará, porque has tenido confianza en mí”. Le preguntó quién era, y el visitante le contestó que él era Francisco.
Tan pronto como sintió el suave contacto de aquellas manos sagradas, recobró completamente su salud.
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