El pueblo de Santa Lucía es ferviente devoto de la patrona de la vista, una hermosa joven nacida en Siracusa, Italia, en el año 281 que murió con apenas 2º años de edad asesinada por un terrible emperador romano por la irrenunciable fidelidad que mostró a sus creencias cristianas. Es la misma fe que profesa el pueblo en Venezuela que lleva su nombre y que la honra todos los meses de noviembre, bajándola de su trono en el templo para pasearla en hombros por toda la parroquia.