Crear un espacio físico para Dios en el hogar.
Es bueno tener en casa un lugar de oración con libros, objetos religiosos e iconos al cual acudir. Puede ser incluso un pequeño pero bonito altar que invite a encontrarnos con Dios. De hecho, puede ser utilizado como punto de encuentro para la familia al rezar juntos el Santo Rosario o poner en común alguna intención especial en momentos concretos en que un integrante de la familia lo necesite.
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