No seas el padre “cool”:
A veces, sobre todo cuando no estamos muy convencidos de alguna norma, podemos caer en la tentación de confiar a nuestro hijo que no estamos de acuerdo con esa regla, o que nos parece muy estricta. Queremos convertirnos en aquel padre que lo comprende y crear así un vínculo especial con nuestro hijo, dejando a nuestra pareja de lado.
Esto supone una ruptura en la dinámica familiar, ya que nuestro hijo comienza a cuestionar su alianza con alguno de los padres, y empieza a dudar de la solidez de la relación entre sus padres. Aunque es esencial desarrollar la relación individual de cada uno con nuestros hijos, no caigamos en la tentación de hacerlo en detrimento de la relación de nuestro cónyuge.
+ © Roman Samborskyi