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1. Incluirlo en la rutina familiar

Una noche a la semana o al mes puede estar reservada como noche de juegos. Puede ser planificada con tiempo de antelación y los niños disfrutarán la anticipación y la espera e incluso pueden conversar sobre qué juego se utilizará y algún otro detalle.

Además de introducir el juego, también estamos creando una identidad familiar. Estas pequeñas tradiciones, si se cumplen, aumentan el sentido de pertenencia a la familia y fortalece nuestra identidad familiar.

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