No querer siempre ser el ganador.
Es importante contar con que va a haber tropiezos, desengaños y fracasos en la familia. Acéptaos y gestiónalos de modo que esos golpes te fortalezcan para seguir adelante.
No quieras ganar siempre en las decisiones de la familia. A veces, renunciar a un éxito personal implica un triunfo mayor para todos (incluida tú) a la larga.
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