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Limosna.
Se puede relacionar directamente con las prácticas de ayuno antes contadas. El dinero que se iba a destinar a comprar chucherías, se puede entregar en la parroquia, a algún pobre, a alguna ONG de la Iglesia. Por poco que sea, no hay que tener vergüenza, porque el valor del dinero no sólo se mide por la moneda, el Señor lo mide por lo que es para quien lo da. Otra opción es sugerirles que pueden dar parte de su paga dominical a los pobres o a una buena causa.
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