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La reina de Saba: 1 Reyes 10,11-13. 2 Crónicas 9,1-12. Intrigada por la reputación cada vez mayor del rey Salomón, la reina de Saba decide salir de su reino para conocerlo y experimentar su sabiduría. Por tanto, llega a Jerusalén acompañada de un cortejo inmenso y mil regalos preciosos para el soberano. Al ver que Salomón respondía a todos los enigmas que ella planteaba, escribe: “¡Es verdad lo que oí en mi tierra de tus cosas y tu sabiduría! Yo no lo creía hasta que he venido y mis ojos han visto que ni aun se me dijo la mitad: tu sabiduría y tus bienes superan la fama que yo había oído. ¡Bienaventurados tus hombres, dichosos estos tus siervos, que están continuamente delante de ti y oyen tu sabiduría! (1 Reyes, 10,6-8). Antes de que la reina partiese hacia Saba, ambos soberanos intercambiaron numerosos regalos. Admirada a su vuelta por Salomón, la reina de Saba, a quien Lucas llama “la reina del Sur” (Lucas 11,31), destaca por su inteligencia y la honestidad de su criterio. Jacque Stella, Llegada de la reina de Saba ante el rey Salomón, hacia 1650, museo de Bellas Artes de Lyon.