Débora y Jael: Jueces 4,4-10; 5,1-31. Débora, la única mujer entre los jueces de Israel, ordena a Barac, general del ejército de los hebreos, a levantar un ejército entre los “hijos de Neftalí y los hijos de Zabulón” para vencer al ejército de Sísara, al servicio de Yabin, rey de Hazor. Al mismo tiempo, predice que la victoria sobre Sísera no será gracias a él, “ya que el Señor entregará a Sísara en manos de una mujer”. Cuando Barac aplasta las tropas de Sísara, este escapa y lo recoge Jael, quien le propone esconderlo en su casa. Es gracias a esta última a quien se le debe la victoria sobre Sísara, ya que le mata mientras duerme. Gracias a los consejos de Débora y al coraje de Jael, la paz se restablece durante cuarenta años en Israel. En el capítulo 5 del Libro de los Jueces, Débora entona un cántico de victoria a la gloria de Yahvé: “Mi corazón está con los príncipes de Israel, con los voluntarios del pueblo. ¡Bendito sea el Señor!”. (Jueces 5,9). Artemisia Gentileschi, Jael y Sísara (1620), Szépművészeti Múzeum, Budapest.
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