Míriam: Éxodo 2,5-9 ; 15,19-21. La hermana de Moisés jugó un papel importante en el camino del pueblo de Dios hacia la Tierra prometida. Para empezar, es la que sigue la cesta en la que se encuentra a su hermano pequeño en el Nilo. También es ella la que presenta a su propia madre como niñera del niño ante la hija del faraón. Gracias a ella, el futuro liberador de Israel se salvó de las aguas. Tras la travesía por el mar Rojo, Míriam entona un cántico de alabanza hacia el Señor, que retoman todas las mujeres de los hebreos: “Cantad a Jehová, porque en extremo se ha engrandecido; ha echado en el mar al caballo y al jinete” (Éxodo 15,21). Como sus dos hermanos, esta guía de las mujeres de Israel mostró sin embargo que no era falible: en Números se cuenta cómo ella, con su hermano Aarón, aspiró a la plaza de Moisés “a causa de la mujer cusita que había tomado”. Después de este episodio, Yahvé la sometió a una purificación imponiéndole la lepra: tras siete días, se apartó a un campo de su pueblo (Números 12,1-15). De manera completamente humana, Míriam debe pasar este periodo de purificación para curar su corazón de la calumnia. Como sus dos hermanos, muere antes de entrar en la Tierra prometida del pueblo de Israel (Números 20,1). Alexey Tyranov, la madre de Moisés (1839-1842).
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