Enséñales a reflexionar
Comprar impulsivamente puede ser un hábito peligroso. Haz que tus hijos se pregunten si realmente necesitan algo antes de gastarse un simple céntimo. También, para artículos más caros, dales un tiempo para que se les baje la emoción del primer impulso. Si el producto no va a agotarse, anímales a reflexionar durante al menos 24 horas antes de la compra.
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