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9.Adelanta la hora de la cena:

Esta es la estrategia más eficaz de todas. El cerebro primitivo es una región del cerebro que se encarga de gestionar el hambre y el sueño. Uno de los principios que lo regula es que el sueño es más importante que el hambre por lo que el cerero del niño siempre va a preferir el descanso sobre la cena. Por eso sentar a la mesa un niño cansado es una receta segura para la inapetencia.

En nuestra cultura tendemos a cenar tarde y eso hace que todo sea más difícil…Mi recomendación es que en lugar de esperar al último cartucho adelantéis media hora el momento de la cena. Tus hijos se sentarán más descansados y con mayor capacidad para concentrarse en su propia alimentación.

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