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Vocación
La forma de amarse a uno mismo en la dimensión racional es identificar lo propio, nuestros talentos y aquello por lo que tenemos pasión. Donde hay talento y pasión, hay vocación. Y allí está la mayor posibilidad de darnos, de desarrollarnos y alcanzar nuestra plenitud. No hay crecimiento si no es en la línea de lo propio. Vivimos un amor propio real cuando damos el mejor servicio a los demás en aquello que nos es propio.
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