"Ustedes deben acoger a María en sus jóvenes vidas como el apóstol Juan la llevó 'a su casa'. Permítanle ser su madre. Ábranle sus corazones y conciencias. Que ella siempre les ayude a encontrar a Cristo, a 'seguirlo', por todos los caminos de sus vidas" (San Juan Pablo II, Roma, Italia, 23 de marzo de 1986).
+© Jeffrey Bruno