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David y Salomón
Las esculturas de los reyes del Antiguo Testamento David y Salomón representan la fragilidad humana y la caída en el pecado. Ambos son personajes escogidos por Dios que, sin embargo, caen en el pecado y posteriormente recapacitan y reciben la misericordia de Dios. Gaudí los propone como ejemplo de la flaqueza de las personas y al mismo tiempo la esperanza en el perdón de Dios.
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