Defensor incansable de la paz durante la Primera Guerra Mundial, el beato Carlos también formó una pareja radiante con su esposa Zita. Casados en 1911, criaron ocho hijos hasta la prematura muerte de Carlos en 1922. Liderar un imperio en medio de la guerra supuso infinitas dificultades. Sin embargo, en medio de la tormenta, Carlos nunca olvida la importancia de su familia. Junto con su esposa, se preocupa por la educación de sus ocho hijos, en particular sobre cuestiones de fe. Él personalmente les enseña sus oraciones. Como padre, pensaba también: “Debemos llevarnos unos a otros al cielo”. El consejo del beato Carlos de Austria: Esfuérzate por transmitir el amor de Dios a sus hijos. Encomiéndaselos a la Virgen María.
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