2 - Escucha tu voz. Desde dentro. Son muchas las voces que llegan a tu bebé cada día, pero una sola es la que vuelve siempre. Y es la única que llega desde dentro. Tu bebé es el único en el mundo, junto a sus hermanos obviamente, que ha escuchado tu voz desde dentro. Con un día de vida ya sabe mostrar una clara preferencia por tu voz, que para el resto de su vida estará conectada a la liberación de oxitocina. Y desde el 2016 (Abrams et al.) sabemos también que la voz de la mamá, durante toda la vida, estimula áreas del cerebro más allá de las delegadas sólo al oído: estimula áreas delegadas a las emociones y las vinculadas a las informaciones sobre sí. Prácticamente de ahora en adelante, cada vez que hables harás una magia.
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