Contemplar nuestros gustos.
No es necesario comer comidas que no nos gustan, o hacer una dieta privándonos de todo lo que nos gusta, sino que podemos modificar nuestras recetas, agregando o sustituyendo por ingredientes más saludables, por ejemplo, mezclando de distintas maneras alimentos que nos gustan con otros más saludables.
+© Shutterstock