Con vida interior.
San José tiene que trabajar, viajar, ganar el pan para la familia, atender a los que le encargan tareas de carpintería... Pero nunca descuida su trato con Dios: le pregunta, busca respuestas, soluciones, obedece... Sabe que de los tres, es el que más necesita de Dios y nunca deja la oración. Y en la vida cotidiana, ¡trata directamente con Jesús y con María! Por eso es Maestro de Vida interior: él nos puede orientar en el amor.
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