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Organizar el trabajo.
Identificar los temas en los que tiene mayor dificultad, observando o preguntando y conocer cuáles son los de mayor interés. Basándonos en esto, diseñar un temario para todos los días, teniendo en cuenta: Para niños de 6 a 11 años se recomienda entre una y dos horas de estudio al día, para los mayores de 12 años se sugiere dedicar tres horas por día. Comenzar con los temas más difíciles, porque es en la primera hora de la mañana que es cuando el cerebro está más descansado y funciona mejor. Los temas en los que presentan mayor interés o que le requieren menos esfuerzo es mejor dejarlos para el final, ya que a pesar de que ya están más cansados les implica menos esfuerzo. Permitir descansos de 10 o 15 minutos para que se despejen un poco y se ventile la habitación, pero sin mirar televisión, o celulares porque pueden distraerse fácilmente y luego se hace más difícil retomar el estudio.
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