Honra tus pérdidas
Valora lo que tienes y no lo que has perdido. El dolor se puede transformar, pero no desaparece. Honra a las personas que ya no están a tu lado, pero vive tu vida ahora. El alma nunca muere. Reza por los fallecidos y agradece los recuerdos que tienes y su presencia en tu vida y pregúntate qué es lo que desearían hoy para ti.
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