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Cuidado con las expectativas
Las expectativas irreales que tenemos sobre lo que debe ser una madre, o de cómo deben comportarse nuestros hijos nos pueden amargar la existencia. No es cuestión de conformarse, siempre hay que tratar de luchar por ser mejor, pero si tenemos en nuestra cabeza unas expectativas irreales que nunca se podrán cumplir, perderemos mucho tiempo tratando de llegar a ellas sin éxito. Es mejor pasar el tiempo conociendo nuestra realidad y la de nuestros hijos y trazarnos metas realistas que se puedan cumplir, lo que nos dará muchas alegrías y descanso mental.
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