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¿Piensas que no tratas a todos tus hijos por igual?
Entonces estás haciéndolo bien, porque no se tiene que ser igualitario con personas que son distintas. Es decir, con los hijos hay que ser equitativo y no igualitario. A cada uno lo debo tratar como merece (y merecen cosas distintas). La fórmula secreta consiste en querer de forma desigual a los hijos desiguales. Lo lógico es que por edad, sexo, temperamento, inteligencia y rendimiento escolar, todos merezcan un trato distinto al resto. Dáselo y sin problemas.
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