“No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho”. (Filipenses 4:6)
Preocuparnos por absolutamente todo es una señal de no confiar del todo en el Señor. Hay cosas que van a escapar de nuestra lógica y es cuando más debemos refugiarnos en Dios. Vamos a empezar nuestros días desde el agradecimiento y con la confianza que Él está trabajando en eso que verdaderamente necesitas. El Señor es bueno, así que no dudes en pedirle ayuda para enfrentar esos obstáculos que tienes en estos momentos, Él te escucha.
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