Celda de castigo, con muñeco articulado.
Nunca se empleó, pero al emperador le gustaba bromear con los invitados y "amenazar" mostrando a su falso preso. Un mecanismo que se pone en marcha con el pie hace que el muñeco se mueva, lo que sorprende sobre todo a los niños de las familias que visitan el castillo.
+© Dolors Massot-ALETEIA