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De padres santos, hijos santos. E incluso nietos santos.
Me ha resultado curioso que en más de un matrimonio santo, varios de los hijos también sean santos; e incluso ya los padres fueron santos también. Es el caso de San Vicente y Santa Valdetrudis, padres de cuatro hijos santos: Landerico, San Dentellino, Santa Aldetrudis y Santa Madelberta. Y los padres de Santa Valdetrudis también fueron santos: San Walberto y Santa Bertilia. O los padres de Santa Teresita, los santos Luis y Celia, con otra hija en proceso de canonización. Esto me lleva a resaltar la importancia del buen ejemplo en casa, a través de la transmisión de la fe. Los padres deben ser verdaderos catequistas de los hijos, alentando la vocación de los hijos.
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