Santificar el trabajo: excelencia.
Ya sea con un negocio o con las tareas domésticas en el propio hogar, estas parejas santificaron su trabajo y lo llevaron a la categoría de excelencia. El que era médico se desvivió por sus pacientes, el ama de casa profesionalizó sus labores en casa, y así todos ellos lograron alcanzar el Cielo haciendo lo que tenían que hacer, en su día a día.
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