Una mayor valoración de la familia.
En este confinamiento los padres han conocido mejor a los hijos y los hijos a los padres, y los esposos entre sí. Se ha constatado el valor que tiene la maternidad, la paternidad y la filiación, así como el cariño hacia los abuelos. ¡Cómo añoraban los nietos a sus abuelos y los abuelos a sus nietos!
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