Freír: Se trata de cocinar un alimento sumergiéndolo en abundante materia grasa a alta temperatura (160grados C y 180 grados C).
Esta cocción es aconsejable para alimentos de mediano o pequeño tamaño, se busca que el alimento quede crocante, se deshidrate.
Tener en cuenta:
- La resistencia del aceite a temperaturas altas entre 190 y 220 grados C para que no se oxide, como por ejemplo el de oliva refinado, colza, coco o manteca. No utilizar mezclas de aceites, para reutilizar filtrarlo en frío.
-La cantidad de aceite, debe ser abundante, cubrir el producto para que absorba menos aceite.
- Temperatura correcta, que este bien caliente, comprobarlo introduciendo un trozo pequeño del ingrediente y observar si genera burbujas, si lo hace la temperatura es adecuada.