Menos efectivo, más tarjetas La idea de pagar la mayor cantidad de cosas posibles con tarjetas es que no tendrás excusas para rastrear en qué has gastado el dinero. Con efectivo debes guardar las facturas o anotarlo en una libreta, con la tarjeta solo debes ingresar a tu cuenta bancaria en línea y darle clic a “consultar los movimientos” y ahí te saldrá el desglose detallado. Pero, atención, mejor que sean las tarjetas de débito que las de crédito.
Las de crédito pueden hacerte caer en los gastos extras y empeorar tu situación. No solo tiendes a gastar más de tu presupuesto sino, peor aún, de tu ingreso, sumándote deudas. Hazlo solo en momentos estrictamente necesarios o si consideras que puedes controlarte. El crédito no es dinero que tú tienes, es “prestado” y tienes que devolverlo (con intereses).