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Aceite de oliva virgen (extra): un maravilloso jabón
¿Imaginabas que en la cocina tienes un aliado para tu piel? Podrás olvidarte de la leche limpiadora, de detergentes y de cremas cosméticas caras, porque el aceite de oliva virgen (y virgen extra) presenta unas propiedades ideales para la hidratación y nutrición de la piel, tanto del cutis como del resto del cuerpo. Para ello lo vamos a convertir en jabón. ¿Cuál es la fórmula para lograr reciclar el aceite que has empleado en la cocina para freír o cocinar? Aquí tienes la receta, con la proporciones: 1 litro de aceite de oliva virgen. 300 mililitros de agua. 125 gramos de sosa cáustica. Es importante que tengas mucho cuidado con la sosa cáustica, porque es peligrosa. Ponte guantes y actúa con cautela. Primero vierte muy lentamente la sosa en el agua para que se vaya disolviendo. El agua pasará de tener un color muy blanco a ser casi transparente. Ojo, se está produciendo una reacción química que desprende mucho calor y vapor. No inhales el vapor y protege los ojos. Al mismo tiempo, pon a calentar en un recipiente aparte el aceite. Cuando tengas el aceite caliente y también la sosa disuelta en el agua, vierte lentamente el aceite en el agua. Evita que salpique. Remueve poco a poco y apaga el fuego. Verás que la solución comienza a espesar. Cuando parezca puré de patata, vierte la mezcla en el molde que desees. Un truco: piensa qué moldes quieres emplear para que te resulte práctico el uso de la pastilla de jabón. En cuanto al material, puede ser de silicona, aluminio, cristal (resistente a altas temperaturas)...
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