Cultivar los buenos recuerdos.
Es necesario que pase el tiempo para que dos mundos interiores se abran, echen raíces y crezcan en el corazón. Los verdaderos amigos pasan tiempo juntos, se van conociendo y comparten experiencias que luego se convierten en anécdotas llenándose de buenos recuerdos que fortalecen la amistad y hacen que se vuelva duradera más allá del tiempo.
Invita a tu cónyuge a compartir un hobby, un deporte, una actividad artística o simplemente a ir de compras. Llena la memoria con recuerdos pasando buenos momentos y divirtiéndose juntos. Al compartir, cada uno va comunicando espontáneamente al otro los bienes que dan sentido a su vida y ambos se van uniendo en una gran historia compartida.
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